Black Friday: la locura de los precios bajos para dar comienzo a la Navidad
Como cada viernes posterior a Acción de Gracias, llega a Estados Unidos el día (tan esperado por algunos y sufrido por otros) conocido como Black Friday (Viernes Negro).
Para el que no lo conozca, este día representa el pistoletazo de salida a las compras navideñas y la característica principal es que los comercios adheridos a esta celebración (tanto tiendas de minoristas como grandes superficies), realizan descuentos brutales en sus productos, llegando en muchos casos a rondar cifras del 60 o incluso el 70%.
Hace algunos años, los comercios no abrían antes de las 6:00 de la mañana del viernes, sin embargo, la guerra encarnizada entre estos, sobretodo en el caso de las grandes cadenas ha hecho que cada vez se adelanten más los horarios de apertura, llegando al límite de que en 2011 algunas compañías como Macy’s, Best Buy o Target abrieran a las 00:00 por primera vez en la historia.
En 2012, Wallmart dio otra vuelta de tuerca al sobrepasar la línea y meterse sin tapujos en día de Acción de Gracias al abrir a las 20:00 del jueves, sin esperar a la medianoche (bien es cierto que solo en algunos Estados, ya que en otros está prohibido por ley iniciar el Black Friday antes del viernes).
Desde el punto de vista del empleado de una gran superficie, esta batalla por ser el primero en abrir supone un problema ya que al solaparse prácticamente con la cena de Thanksgiving, no hay tiempo material para descansar antes de ir al trabajo.
Una buena empresa debe tener todo bien planificado ante un previsible aumento masivo de la clientela debido una agresiva bajada de precios como sucede en este día.
Por ello, es más que recomendable llevar a cabo acciones como por ejemplo:
– Ajustar el personal a las necesidades previstas. Si hay que contratar a gente de refuerzo por unos días se hace. Los clientes no se pueden encontrar perdidos, no atendidos o poco valorados. Lo que ganes con los descuentos y el ahorro de personal lo puedes perder en imagen con lo que eso conlleva.
– Ofrecer más ventajas a los mejores clientes y hacerlo visible en el establecimiento ¡Qué mejor momento de ensalzar las ventajas de ser cliente del comercio que ante toda una multitud!
– En las grandes superficies en un día así se pueden generar amplias colas, momento perfecto para dar valor al cliente, ofreciéndole algo gratuito, muestras etc. a la vez que se le comenta sobre nuevos productos o se le proporciona cualquier otra información interesante que haga que otro día, ya de normalidad, se pase por allí.
– Por supuesto, todo lo que se va a ofrecer debería estar bien expuesto en la red, y qué mejor manera que además de la web, aprovechar plataformas como Twitter para ello. ¿Qué tal un hashtag llamativo?
Para finalizar, y ya volviendo a la celebración concreta que nos ocupa, el Black Friday en los últimos años se ha expandido a más territorios, y gracias a internet y las empresas que basan gran parte de su comercialización en la venta on-line (Amazon, Apple..) se ha convertido en un fenómeno de relevancia mundial.
Personalmente tengo curiosidad en saber cómo va a evolucionar esta celebración y si va a acabar penetrando en nuestra cultura como tantas otras celebraciones anglosajonas: Halloween, Santa Claus…
Solo el tiempo lo dirá.